Zona de Confort y la Crisis de los 30

En esta oportunidad vamos a hablar de un tema “cliché”, la tan escuchada y discutida “Zona de Confort”, y como muchas personas acabamos atravesando o conviviendo con este problema entre los 27 y 35 años, por eso gana el nombre de la “Crisis de los 30”.  

Es claro que no es una regla que aplica para todos, puedes haber pasado esa rango de edad sin haber entrado en tu Zona de Confort. 

O de lo contrario, también puedes estar actualmente en la Zona de Confort y no necesariamente pertenecer a ese grupo etario. 

Características de la Crisis de los 30 y de la Zona de Confort

La crisis de los 30 se caracteriza porque a esa edad la mayoría de las personas ya finalizó una carrera profesional o su formación superior.

De la misma forma muchos ya acumulan algunos años de experiencia laboral.

Pero lo que sucede es que a esa edad podemos comenzar a tener algunos comportamientos característicos.

Entre ellos podemos citar que llegamos a sentir una elevada insatisfacción con nuestro trabajo, básicamente no nos gusta lo que hacemos. 

No vemos un futuro o no nos proyectamos a largo plazo en esa posición o área en la que nos encontramos. 

Tenemos un sentimiento de no ser reconocidos por lo que hacemos y siempre estamos reclamando que no somos remunerados debidamente.

No tenemos un propósito en nuestras vidas, no encontramos motivo suficiente para levantarnos de la cama y comenzar nuestro dia animado.  

Y así estamos en un ciclo infinito de inercia, creyendo que no tenemos escapatoria y que ese es nuestro destino. 

Otro síntoma característico es que podemos llegar a sufrir el síndrome de “Otra vez Lunes”.

A través de este síndrome desarrollamos crisis de ansiedad, en el cual los domingos por la noche nos atormentamos y nos ponemos nerviosos.

Incluso no conseguimos ni conciliar el sueño sabiendo que el lunes se aproxima. 

A estas alturas vivimos en el modo 5 x 2, sufrimos 5 días de la semana y somos eternamente felices los sábados y domingos.

Y si todavía tenemos que trabajar los fines de semana el escenario se empeora aún más. 

En realidad solo estamos esperando algún milagro o sacarnos la lotería para salir de ese laberinto. 

Si te identificas con algunas de las situaciones mencionadas, es que estás en tu Zona de Confort.   

Solo que lo paradójico del nombre es que las personas que se encuentran en este estado, no están para nada confortables, satisfechas o realizadas con lo que hacen o con lo que consiguieron hasta ese momento. 

Es así que desde mi punto de vista debería llamarse la “Zona de NO Confort”, pues las personas solo están acomodadas o acostumbradas con su inconformidad.

Al fin y al cabo, es más fácil quedarse ahí que intentar cambiar. Con seguridad que reinventarse requiere mucho más trabajo y esfuerzo. 

Para entender porque nos sentimos así y cuál es su relación con la Crisis de los 30 voy a presentarles el concepto del “Sunk Cost Falacy“ que lo explicamos a continuación. 

Sunk Cost Fallacy (Falacia de los Costos Perdidos)

Existe una terminología financiera llamada Sunk Cost (Costos Perdidos) muy usada en el mundo de los negócios. 

Este término se refiere a algunos costos que ocurren en una empresa y que no se pueden recuperar. 

Por ejemplo, una empresa de eventos que cancela un concierto o un show por problemas climáticos, va a tener que asumir algunos costos que no son recuperables. 

Por citar lo más básico para tangibilizar el concepto, si no hubiera donde guardar el hielo que fue comprado para enfriar las bebidas, el mismo se acabará derritiendo y ese será un costo perdido y no recuperado. 

Bueno, algunos psicólogos han usado el concepto de Sunk Cost para retratar una situación que ocurre normalmente en la Crisis de los 30.

Le añadieron una palabra a la frase llamándola Sunk Cost Fallacy (Falacia de los Costos Perdidos). 

El Sunk Cost Fallacy no es más que aquel sentimiento que podemos llegar a sentir de que si cambiamos de rumbo o nos reinventamos, vamos a perder los años de nuestras vidas que usamos para formarnos profesionalmente.

También es el miedo a perder los años de experiencia que ya tenemos en una cierta empresa o posición.

De la misma forma puede estar asociado a todos los recursos financieros, prácticamente un sentimiento de pérdida de toda la inversión que hicimos para capacitarnos y estudiar.  

Entonces en realidad, es ese sentimiento del Sunk Cost Fallacy, el que nos obliga a quedarnos en la Zona de Confort, o mejor dicho en la Zona de NO Confort.

Pues nos cuesta aceptar que quizás estudiamos o nos formamos en algo que no nos llena, o simplemente no nos satisface completamente.  

Es probable que estemos en el mismo trabajo ya hace algunos años y no lo cambiamos por el simple hecho de no abrir mano de nuestros años de antigüedad. 

Antigüedad que en la mayoría de las veces está asociada a algún beneficio que no queremos perder (bonos, vacaciones, quinquenios, etc).

Sin embargo nuestra insatisfacción es mucho más grande que la recompensa de esos beneficios. 

¿Será que hay salida?

Bueno si has llegado hasta aquí y te sientes identificado con algunos de los comportamientos mencionados. 

Si crees que estás en la Zona de NO Confort y si te encuentras en la Crisis de los 30, pues tengo 3 noticias para tí, 2 buenas y 1 mala. 

La primer noticia buena es que sí existe salida, podemos librarnos de la Zona de NO Confort y atravesar la Crisis de los 30. 

La noticia mala es que no es para nada fácil, no es placentero y requiere muchas más energía que quedarnos donde estamos.

La última noticia y la mejor de todas, es que ese cambio sólo depende de tí, felizmente podemos ser protagonistas de nuestro destino. 

Debemos comenzar aceptando que el “Sunk Cost Fallacy” es parte de nuestro crecimiento, podrán ser años o algunos beneficios perdidos, pero necesitamos hacer un sacrificio por un bien mayor. 

No quiero que me mal interpreten, no busco que salgan a renunciar a sus trabajos, mi propósito es que no renuncien a sus vidas. 

Quizás en esta oportunidad no digas Como no supe antes, pues no les comenté ninguna novedad, muy probable que casi todo esto ya lo sabías. 

Entonces, ¿qué estás esperando?, la vida es muy corta para hacer una sola cosa, pero lo suficientemente larga para brindarnos más oportunidades. 

Corre atrás de tus sueños, no vivas los sueños de otros. Y si no los tienes, ¡crealos!.