El Ciclo del Hábito, conocerlo transforma vidas

Sin que percibamos nuestra vida está compuesta de nada más y nada menos que de una serie de rutinas que realizamos todos los días, entender cómo se forma un hábito y como funciona su ciclo, puede ser muy liberador y transformador al mismo tiempo. 

El Ciclo del Hábito: qué es y de qué está formado

En las últimas décadas cientos de investigadores han estudiados los hábitos, con el propósito de entender diferentes situaciones.

Como el por qué y de qué forma un fumador o un alcohólico pueden dejar y cambiar sus hábitos de vicios.

O de qué manera una persona sonámbula en un estado total de inconsciencia puede desarrollar actividades rutinarias como preparar su desayuno en plena madrugada o hasta salir a dar una vuelta por el manzano de su barrio totalmente dormido.  

En sus diversos estudios los investigadores descubrieron que todos los hábitos están compuesto básicamente de tres elementos que forman el ciclo del hábito.

Concluyeron que para formar un hábito es necesario de una señal que activa una rutina y que a través de la cual obtenemos una recompensa, siendo estos los tres elementos de un hábito: señal-rutina-recompensa.

El escritor norteamericano Charles Duhhig en su libro best seller  “El Poder de los Hábitos”, describe en forma muy detallada cada uno de esos elementos y cómo se relacionan. 

Como mencionado el ciclo del hábito está formado por una señal que es un estímulo generado en nuestro cerebro y que obliga al cuerpo a entrar en modo automático.

Este estímulo viene acompañado de un mensaje que indica cuál hábito tiene que ser accionado.

Por su vez, la rutina es la acción realizada, esta acción puede ser física, mental o emocional.

Luego de finalizar la acción recibimos una recompensa, que hasta los hábitos más simples de nuestro cotidiano la tienen.

Cuando la recompensa es positiva, la misma estará asociada a una sensación de satisfacción.

Gracias a ese sentimiento nuestro cerebro es capaz de almacenar esa información y de buscar repetir ese ciclo.   

El Ciclo del Hábito se aplica en todo aquello donde intervenimos las personas

El concepto del Ciclo del Hábito en su esencia se aplica para cualquier tipo de hábito que una persona, una organización o hasta una sociedad puedan tener.

Justamente Duhhig clasifica y destaca los hábitos en esas tres categorías en su libro.

Resalta que los hábitos sean malos o buenos, son los que hacen que los individuos sean personas prósperas o fracasadas.

Los hábitos también son los responsables del éxito o falencia de compañías sean grandes o pequeñas.

Y por último, los hábitos permean el comportamiento de la sociedad, ya sea para buscar más equidad o democracia, o también para dominar y ejercer poder sobre grupos de personas más vulnerables.

Por ello es muy importante conocer y entender cómo funciona el Ciclo del Hábito.

Así podemos identificar cuáles hábitos están siendo positivos y darles la importancia que se merecen.

Y claro, lógicamente identificar cuáles hábitos podemos considerar como negativos.

Aquellos hábitos que acaban alejándonos de nuestros objetivos personales, sean ellos financieros, profesionales o familiares; y también aquellos hábitos que repercuten en nuestra salud mental, emocional y física. 

Cómo son los hábitos en la práctica

Los humanos somos seres vivos adaptables, que a lo largo de nuestra vida vamos creando hábitos, ya que son inevitables y necesarios.

Por ejemplo cepillarse los dientes es un hábito que realizamos a diario, muy positivo por cierto.

Sino lo tuviéramos tendríamos mal aliento y nuestras visitas al dentista serían mucho más frecuentes. 

Para poder eliminar hábitos dañinos o negativos, basta alterar o modificar algún elemento del Ciclo del Hábito.

Todos ya hemos ansiado: dejar de fumar, dejar de comer chatarra, dejar de beber alcohol, dejar de ser agresivo con nuestras parejas o hijos, levantarnos más temprano, disminuir el tiempo en redes sociales o dejar de procrastinar todos los días. 

Esta técnica es usada en muchas organizaciones como Alcohólicos Anónimos por ejemplo, con el objetivo que las personas alteren hábitos perjudiciales.

A través de sesiones donde las personas comparten sus experiencias con la bebida.

Los AA (Alcohólicos Anónimos) primeramente buscan que el individuo reconozca su mal hábito o vicio para estar consciente de su vulnerabilidad.

Así logran identificar cuales son las señales o estímulos que accionan el cerebro para que esa persona busque la bebida.

Porque todos están conscientes de la acción que quieren cambiar, que es consumir bebidas alcohólicas.

Solo que en la mayoría de las veces esta persona no ha identificado cuales son los estímulos iniciales que activan ese deseo por bebida.

Ellos pueden ser de los más variados tipos como: estrés en el trabajo, peleas o discusiones con la pareja o hijos, problemas financieros, estrés con el tráfico, entre muchos otros.

Por lo tanto, las sesiones de AA ayudan a las personas a analizar durante sus relatos y testimonios esas señales iniciales. 

Haciendo uso del mismo relato, luego que las personas consiguen identificar las señales, ellas también son exhortadas a compartir cuáles son las recompensas.

Que sensaciones o satisfacciones los hace sentir la bebida. Que es lo que sienten exactamente cuando se encuentran en estado etílico.

Eso les trae felicidad, conforto, dosis de adrenalina, recuerdos positivos o algunos otros sentimientos que los hace justificar el hábito de la bebida. 

Una vez reconocidos e identificados los elementos del ciclo del hábito, la persona es desafiada a buscar alternativas de recompensa.

Por ejemplo, cuando llegue estresado del trabajo no voy a abrir una cerveza, voy a salir a correr.

Una corrida puede generar el mismo placer que la bebida con la dosis de endorfinas liberadas por el cuerpo.

O cada vez que discuta con mi pareja voy a llamar a un pariente o un amigo cercano para poder conversar; y esa charla puede generar el reconforto falso que la bebida proporciona.

Qué necesito para cambiar o crear hábitos

Como podrán ver cambiar nuestros hábitos o crear hábitos nuevos no requiere fórmulas mágicas.

Requiere una dosis de autoconocimiento y de análisis de cuáles son los estímulos que recibo, que luego accionan mis hábitos, alterar o crear hábitos en nuestra vida requiere mucha voluntad y sobre todo mucha disciplina.

Pues no adelanta tener solo iniciativa, a cuántas personas no vemos que se prometen bajar de peso y que comenzarán en el gym el próximo lunes.

Sin embargo, esas personas no analizan sus hábitos y no están dispuestas a crear hábitos nuevos.

Si queremos bajar de peso tenemos que estar conscientes de cuáles son nuestros hábitos alimenticios, cuáles son los estímulos que recibo para querer buscar una hamburguesa en vez de un plato más saludable.

Porque si el estímulo es solo hambre, tanto una hamburguesa como un pollo a la plancha con ensalada pueden saciar esa necesidad.

Por otro lado, si queremos iniciar a hacer actividad física en forma recurrente, tenemos que identificar primero algunos estímulos que activen la acción de querer ejercitarse.

Luego crear recompensas positivas para que nuestro cerebro pueda asociar el ejercicio a la recompensa y no al sufrimiento del ejercicio.

Por ejemplo, ni bien llegue del trabajo, voy a hacer mi rutina de ejercicios, y solo recién, voy a estar liberado para ver mi novela o la serie que me tiene atrapado en Netflix. 

Siendo así, tenemos una señal , llegar del trabajo; una rutina, ejercitarse y por último una recompensa, ver la novela o la serie en Netflix.

Entonces podemos concluir que pequeñas actitudes son capaces de crear nuevos hábitos que pueden transformar nuestras vidas y la forma en cómo pensamos, cómo nos sentimos y cómo actuamos.

Cuando comiences a reconocer los elementos del Ciclo del Hábito en tu rutina y experimentes cambios en tu vida, dirás: “COMO NO SUPE ANTES”. 

Te invito a ver el siguiente video donde hablamos sobre Hábitos Financieros.

Referencias:

Duhigg, C., 2017, The Power of Habit, Rio de Janeiro, Brasil: Editora Schwarcz S.A.