Cultivar buenos hábitos y la libertad financiera
¿Cuál será la relación entre tener buenos hábitos y alcanzar la libertad financiera? ¿Crees que uno es consecuencia del otro? ¿Si cultivamos hábitos positivos será que estaremos más cerca de alcanzar la libertad financiera?
Antes de responder esas preguntas primeramente vamos a recordar que la libertad financiera es la acción de generar dinero u obtener retornos financieros sin necesidad de ocupar nuestro tiempo o esfuerzo.
En un post anterior vimos que para obtener la libertad financiera un tema fundamental es comprender Los tres pilares de la riqueza, que son “gastar bien”, “invertir mejor” y “ganar más”.
Por otro lado, los hábitos son una serie de rutinas que realizamos todos los días. Muchos autores concuerdan que los humanos, no somos nada más y nada menos, que seres formados por una serie de hábitos, sean estos malos o buenos.
El Ciclo de Hábito está compuesto de una señal, de la acción que realizamos y una recompensa. Conocer ese ciclo puede ser muy liberador, porque a través de ese conocimiento podemos construir hábitos positivos o deshacernos de aquellos hábitos destructivos.
Justamente en este post vamos a hablar sobre la intersección entre los hábitos y el primer pilar de la riqueza que es “gastar bien”. De esta manera vamos a entender cómo los hábitos nos pueden aproximar a la libertad financiera.
Hábito de anotar nuestros gastos
Para aprender a gastar bien, anotar nuestros gastos es el gran primer hábito que necesitamos crear. Pues partimos de la premisa de cómo vamos a mejorar si no sabemos en qué mejorar.
És en este sentido, que necesitamos crear un método fácil de recordar y simple de ejecutar. El objetivo inicial es anotar o registrar absolutamente todo en lo que gastamos.
Cuando hablamos de todo, nos referimos a las grandes cuentas como alquiler, servicios básicos, pago de deudas, alimentación, educación, entre otros.
Y por supuesto, también los gastos pequeños del día a día, como transporte, el café de la tarde, las compras express en el supermercado y los gustitos que nos damos como salidas o comer afuera.
Acostumbrate a anotar estos gastos con una frecuencia no muy grande para que así no olvides de anotar alguno. Puedes hacerlo diario, o cada dos días o hasta semanal.
Existen aplicaciones que podemos usar en el celular o tablet y que pueden ayudarnos a registrar estos gastos como ser: MoneyWiz, Dollarbird, Speendee, Fintonic o iGasto.
Otra herramienta muy útil y común para este cometido son las planillas electrónicas, como ser Excel o Google Sheet. Puedes usar estas planillas para registrar tus gastos, creando tu propia mini base de datos.
De la misma forma si acostumbras pagar con tu tarjeta sea ésta de crédito o débito. Por lo general, en tu app del banco ya quedan registradas las transacciones lo que es una ventaja muy grande porque elimina el trabajo operativo de anotar.
En mi caso particular, ya intenté usar aplicaciones específicas como las mencionadas, solo que no conseguí adaptarme a ninguna de ellas.
Lo que hago actualmente es usar bastante el app del banco que me permite exportar para Excel el extracto de mi cuenta (uso bastante la tarjeta de crédito).
Esto ya se volvió un hábito que acostumbro hacerlo quincenalmente, la ventaja que al usar bastante la tarjeta de crédito ya mis gastos quedan registrados.
Si te genera dudas o desconfianza usar la tarjeta de crédito, vamos a preparar un post presentando las ventajas y desventajas de usarla.
Una vez generado el extracto, a partir de ahí utilizo el mismo Excel para la categorización de mis gastos y mi planificación que son los siguientes puntos que veremos.
Hábito de categorizar nuestros gastos
Categorizar o clasificar nuestros gastos es el segundo paso que necesitamos ejecutar.
Es super importante crear categorías para poder colocarles un apellido a nuestros gastos y así poder analizar, entender e identificar donde están las oportunidades de mejora.
Podemos usar las siguientes categorías: Alimentación, Vivienda, Transporte, Seguros, Pagos de Deudas, Entretenimiento, Ropa, Gastos Médicos, Educación, Inversiones y Gastos Varios.
Debemos crear criterios sólidos que nos ayuden a separar los gastos principales y necesarios de aquellos que son deseos y gustos.
Por ejemplo, salir a cenar a un restaurante no puedo clasificarlo como Alimentación, por más que vayamos a alimentarnos. Ese no es el propósito principal, pues sabemos que encaja mejor en Entretenimiento.
Hasta podríamos crear otra categoría de “Comidas en Restaurantes” por ejemplo, caso vayamos con bastante frecuencia.
En esta etapa necesitamos mucha sinceridad con nosotros mismos. Pues es muy importante clasificar los gastos en sus categorías respectivas.
Sólo así podremos tener una visión real de donde estamos gastando por demás y donde necesitamos apretar un poco.
Los apps mencionados anteriormente ya te auxilian con la clasificación, basta crear los “labels” o categorías y después es solo direccionarlos a la categoría correcta.
Particularmente, tengo mi propia planilla de Excel y haciendo uso de algunas fórmulas simples, consigo clasificar mis gastos en categorías pre-establecidas.
Hábito de la planificación financiera
Estamos en la era de la información ¿cierto?. Nada como tener datos e información para tomar nuestras propias decisiones.
Tener el hábito de la planificación financiera nos dá el poder de analizar nuestro pasado. Con los datos recopilados podemos identificar cuáles gastos debemos eliminar o reducir.
Este análisis es crucial a la hora de establecer y de acompañar nuestra meta financiera. La única forma de proyectar el futuro es entendiendo y analizando el pasado.
La planificación financiera es como su nombre lo dice un plan, donde establecemos metas o límites para nuestros gastos, de esta forma el control financiero se vuelve más fácil.
Comenzamos creando el hábito de registrar nuestros gastos, para luego clasificarlos y después planificar nuestros egresos en función de nuestras necesidades.
Una vez que llegamos a iterar algunas veces este ciclo de registrar, clasificar y planificar. El objetivo luego es invertir el orden del ciclo.
Esto quiere decir que partimos de nuestra planificación, con límites establecidos por categoría para luego registrar los gastos y así tener un control financiero con mayor eficacia.
Hábito del ahorro
Como no supe antes de ganar mi primer sueldo es un excelente post donde reforzamos la importancia del ahorro.
Ahorrar tiene que ser un hábito, tenemos que crear esa conciencia y hacer del ahorro la categoría principal en nuestro plan financiero.
La clave está en empezar con poco, puede ser el 1% de tus ingresos, y a medida que vas organizando tus gastos vas incrementando ese porcentaje.
Tu plan financiero estará incompleto caso la categoría del ahorro no se encuentre ahí.
Acostúmbrate a guardar dinero, a tener una reserva de emergencia y bueno más adelante el siguiente paso será invertir.
Para cerrar este post vamos a recapitular los cuatro hábitos que nos ayudarán en nuestro cometido de alcanzar la libertad financiera,
Primeramente el hábito de anotar o registrar nuestros gastos, luego tenemos el hábito de clasificar los mismos.
En una tercera etapa necesitamos crear el hábito de establecer, acompañar y ajustar nuestro plan financiero. Por último, el hábito de ahorrar, que al final será una consecuencia de lo anterior.
Cómo verán no existe una fórmula mágica, el ingrediente infaltable sin duda es la disciplina.
Alcanzar la libertad financiera es un objetivo a largo plazo y que sí puede ser alcanzado. Sin embargo, primero necesitamos arreglar algunas cosas dentro de casa ¿cierto?
Nuestro propósito con este espacio es ayudarte a que el día de mañana no digas “Como no supe antes”. Ayúdanos a compartir este mensaje y para cualquier duda estamos a disposición.
1 comentario
La regla de oro para ahorrar - Como no supe antes · noviembre 30, 2020 a las 6:09 am
[…] día de hoy hablaremos de la regla de oro para ahorrar. Como ya mencionamos en buenos hábitos y libertad financiera, un hábito fundamental para conseguir la libertad financiera es el […]
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